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Prevención de enfermedades bucodentales
Prevención de enfermedades bucodentales

Los problemas y enfermedades odonto-estomatológicos más frecuentes debidos a una incorrecta o insuficiente higiene bucodental son: problemas y enfermedades dentales, desarrollo excesivo de placa bacteriana y formación de sarro, halitosis, caries, gingivitis, periodontitis y problemas periodontales.


El mejor modo de prevenirlas es con una buena higiene bucodental y con revisiones periódicas al odontólogo o al estomatólogo. En la clínica dental de la doctora Maite Pérez Corrales ofrecemos a nuestros pacientes revisiones totalmente gratuitas cada seis meses como mínimo.


También es relevante para una buena prevención el control de la ingesta de determinados alimentos, especialmente aquellos que tienen un alto potencial cariogénico: azúcares como la sacarosa o la glucosa.


Una buena higiene bucodental debería establecerse mediante la adopción de cuatro hábitos: el cepillado, la limpieza con hilo dental, el enjuague y las visitias periódicas al dentista.


El cepillado


Una buena higiene bucodental comienza por un correcto cepillado, que conviene realizar justo después de cada comida, ingesta de bebidas, especialmente las azucaradas y carbonatadas, de golosinas o aperitivos, o de cualquier alimento. El cepillado más importante, y el que no debe faltar, es el de después de la cena o de la última ingesta antes de dormir. Hay alimentos duros como la zanahoria cruda o la manzana que al ser mordidos arrastran la placa bacteriana. Otros alimentos como el queso parecen tener propiedades remineralizantes del esmalte.


También puede ser aconsejable cepillarse antes de la comida para reducir la placa bacteriana. Se recomienda cepillarse los dientes por un tiempo de tres minutos, es decir diez cepilladas por cada dos dientes. De preferencia debe ser con un cepillo mediano, de cerdas y mango recto y con una pasta dental que contenga flúor. Es importante recalcar que el odontólogo es quien debe valorar cómo debe ser la higiene oral de cada paciente de acuerdo a sus necesidades.


El cepillado debe realizarse introduciendo los filamentos del cepillo en el espacio que se forma entre las piezas dentales. Se debe también pasar el cepillo a la cara interna de las mejillas, la lengua, el paladar y las encías, si están sanos. En caso de observar alguna anomalía hay que acudir al especialista.

El cambio de cepillo dental debe de hacerse cada dos o tres meses dependiendo del estado del cepillo.


La limpieza con hilo dental


Se recomienda también limpiar espacio interdentario con seda, al menos una vez al día, usando una parte distinta de la seda para cada espacio. Es rara la imposibilidad de introducir la seda entre las piezas dentales. Si esto ocurriera, debe consultarse con el odontólogo o estomatólogo.


Otro problema que puede deberse a una deficiente higiene bucodental es la halitosis. El mal olor del aliento puede verse influido por la presencia de caries.


El enjuague


Tras pasar el cepillo y la seda, puede ser conveniente un enjuague especialmente en caso de gingivitis. Los colutorios con clorhexidina parecen poseer una importante actividad antibacteriana.


Siempre hay que fijarse en que los colutorios no contengan alcohol, ya que se ha demostrado que el abuso de dichos productos incide en una mayor probabilidad de contraer cáncer bucal.

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